Lo que nos viene a la cabeza a todos cada vez que escuchamos la palabra misiones es un grupo de personas que viajan a los países más necesitados para prestar su ayuda a los demás, simplemente por vocación o por sentirse bien con ellos mismos. Una persona para llegar a convertirse en misionero tiene que abandonar su vida por completo, dejar a su familia, su casa, renunciar a cualquier comodidad e incluso a muchas de las necesidades básicas. Un misionero pasa días sin comer, no le importa renunciar a ello cuando se trata de prestar su ayuda a los demás. Nunca me he podido cuestionar como una persona decide ser misionero, ya que una cosa así no surge de la noche a la mañana, no nos levantamos un día queriendo ser misioneros y haciendo las maletas para coger el primer vuelo a África o a cualquier otro sitio. Esta pregunta únicamente la podrán responder ellos, quienes un día dieron el paso de dejar sus vidas por completo y emprender una verdadera aventura.
Un misionero debe ser valiente y consecuente con sus actos
Jamás abandona
Ni por muy difícil que sea el camino
Siempre firme en cada paso
Ya que la recompensa es demasiado grande
'Hazles comprender que no tienen otro deber en el mundo que sonreír'
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